Nuestra vida del día a día es una materialización continua de nuestros pensamientos y sentimientos recurrentes. Hoy estamos viviendo lo que hemos pensado y sentido en el pasado, el futuro lo construimos en el presente. Todos somos seres creadores, todos los días y cada momento, consciente o inconscientemente estamos creando nuestra realidad. La casualidad, el acaso, el azar, la coincidencia, la suerte, el destino, no existen, nosotros creamos nuestra realidad con lo que pensamos, sentimos, hablamos y hacemos. ¡Tú puedes construir el mundo que quieres vivir a corto, mediano y largo plazo!
El pensamiento es creador, pero lo que hace que los pensamientos se hagan realidad es la energía del sentimiento y la emoción. La eterna Ley de la Vida es: Lo que tú piensas y sientes lo haces realidad. Donde está tu pensamiento allí está tu atención, donde está tu atención allí estás tú. Cuanto más intenso sea el sentimiento dentro del deseo más rápido se hará realidad.
Mientras tengamos pensamientos y sentimientos de odio, de condenación, de crítica, envidia, celos, temor, dudas o sospechas y permitamos que esos pensamientos y sentimientos generen irritación dentro de uno, con seguridad tendremos desarmonía, fracaso y caos en el cuerpo, la mente y nuestro mundo. El dominio de los sentimientos y emociones juega el papel más importante en la vida para mantener el equilibrio mental y emocional, salud, éxito y logros en todos los asuntos. Los pensamientos no pueden convertirse en cosas hasta que son revestidos con sentimientos. Cualquier discordia en los sentimientos rompe con la Ley del Amor, que es la Ley del Equilibrio, la Armonía y la Perfección.
Poner nuestra atención en los pensamientos, sentimientos y emociones negativas es absorber sus vibraciones e invitarlos a que entren en nuestra mente, cuerpo y asuntos. Nos convertimos en lo que pensamos y en lo que sentimos, por eso hay que aprender a vivir en un estado de atención para darnos cuenta de lo que pensamos y sentimos de momento en momento. El pensamiento crea, el sentimiento y la emoción es lo que le da vida a los pensamientos, y la imaginación es la facultad de ver lo que pensamos y sentimos. Todo pensamiento que sentimos y visualizamos en nuestra mente lo podemos hacer realidad. Cuando comprendamos la dinámica de nuestros pensamientos, sentimientos y emociones, podremos hacer realidad lo que siempre hemos deseado ser, saber, hacer y tener.
El primer paso es comprender la dinámica mental y emocional, luego aprender a pensar y sentir. Pensar y sentir positivamente genera en nuestro interior un estado de armonía, de paz y felicidad. A nivel emocional hay que buscar el equilibrio emocional cultivando las emociones positivas. El amor, el entusiasmo, el optimismo, la alegría, son ejemplos de sentimientos y emociones positivas. La felicidad es un estado de consciencia que se produce no por los cosas en sí mismas, sino por los pensamientos, sentimientos, emociones, actitudes, reacciones y respuestas que manifestamos hacia las cosas. El ser humano suele reaccionar automáticamente a los pequeños disgustos, a las frustraciones y cosas parecidas, con insatisfacción, resentimiento e irritabilidad, sobre todo por no tener el hábito de reaccionar de manera distinta.
El hombre es un buscador de metas. El cerebro y el sistema nervioso constituyen un mecanismo orientado a conseguir metas y objetivos, una especie de sistema de conducción automática que funciona para beneficio de la persona como mecanismo de éxito, o en su contra como mecanismo de fracaso. Comprender la dinámica de nuestros pensamientos y sentimientos es fundamental para la superación personal y el éxito en la vida.
Todos nuestros sueños, aspiraciones y deseos los podemos alcanzar en la vida si nos ponemos metas y objetivos. Para alcanzar el verdadero éxito en la vida nuestras metas y objetivos deben ser coherentes con nuestra propia naturaleza, con nuestra vocación y misión en la vida. La vida es lo más valioso y sagrado que poseemos, la vida es actividad, la vida es movimiento. Lo que mueve y anima nuestro cuerpo es nuestra propia vida, nuestra alma, esencia, espíritu, conciencia, ser, individualidad, nuestro yo que es el que dirige. Cuando dejamos de perseguir metas y objetivos morimos en vida. El hombre es un buscador de objetivos y la vida es el combustible propulsor que nos dirige hacia la meta que nos proponemos. Para alcanzar un objetivo hay que fijarlo en nuestra mente, pensarlo, sentirlo, imaginarlo, decretarlo, planearlo y ejecutarlo. ¡Mis mejores deseos de Salud, Armonía, Éxito y Prosperidad!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario